Todos lo sabemos, pero es bueno que lo recordemos y tomemos conciencia. El mayor depredador del planeta es el Homo sapiens, es decir, el ser humano.
En su corta estancia en la Tierra , ha llevado a la extinción a miles de especies animales y tiene al borde de la extinción a otras tantas de miles. Es el único ser vivo que no se ha adaptado a la naturaleza al 100%, todo lo contrario insiste en adaptar la propia naturaleza a sus “necesidades” aunque esto nos lleve a un cataclismo ecológico donde la propia supervivencia del humano esta en entredicho. El tiburón, el mayor y muy necesario depredador de nuestros mares, trabaja para el equilibrio de los ecosistemas marinos, proporcionando estabilidad demográfica a muchas especies y alimentación a otras tantas.
El tiburón uno de los pilares de la evolución en nuestros océanos, está en grave peligro de extinción debido al comercio brutal e ilegal de las aletas de este gran marino.
Cada año mueren dos millones de tiburones por el comercio de sus aletas. Estas piezas son capturadas, se les corta su preciada aleta y se devuelven al mar, donde mueren. España es uno de los mayores exportadores de aleta de tiburón del mundo y el primero de la Unión Europea.
Lejos de ser ese asesino despiadado, sediento de sangre, el tiburón es descrito como un ser sensible, curioso y tranquilo por las personas que mejor lo conoce y más se han acercado a él. En el documental sharkwater the truth will surface (la verdad saldrá a la superficie) su director Rob Stewart, denuncia este asesinato en masa y revindica el sitio de honor que tiene este gran coloso en la evolución y mantenimiento del medio marino.
El rodaje de este documental puso en riesgo las vidas de las personas que lo hicieron y nunca fue por causas directas del tiburón. No os lo perdáis.
