lunes, 24 de agosto de 2009

Afganistán se olvida de las mujeres

Las mujeres afganas son víctimas de una mentalidad medieval. No existen leyes ni justicia, sólo tradición y la voluntad inapelable de unos hombres embrutecidos por 30 años de guerras que se amparan en el nombre de Dios para ejercer la violencia. El pais+


Revisemos la reciente historia de Afganistán. En 1978 y a raíz de un golpe de estado, llegan al poder un grupo de jóvenes izquierdistas encabezados por Mohamed Taraki. Las reformas socializadoras y laicas del nuevo gobierno chocan frontalmente con una población fuertemente aferrada a un pensamiento islámico anclado en el pasado que vivía en una sociedad marcada y dominada por rasgos feudales. Esta resistencia pronto dio paso a una guerra de guerrillas islamistas “muyahidines”.
En ese momento es cuando entra en escena la antigua URSS, que se traduce en un apoyo al gobierno comunista de Taraki, mediante la intervención (invasión en toda regla) armada en Afganistán. La resistencia islámica contó con el apoyo económico y armamentístico de Paquistán, Arabia saudí y EE.UU (aparece Osaba Bin Laden, trabajando para la CIA americana). Tras años de guerra, la URSS (inmersa en las reformas de la perestroika) se retira en 1989. Esto no abre un periodo de paz en este machacado país, una serie de luchas internas entre los “muyahidines” desencadenan en la toma del poder por parte de los “talibanes”, que son un grupo extremista islámico, formado en las escuelas islámicas de los campos de refugiados de Paquistán. Llegan al poder en 1996.
La población es sometida al rigorismo religioso. Las mujeres y las niñas son las más perjudicadas en la nueva situación.
Tras los atentados en Nueva York del 11M, EE.UU culpa a su antiguo aliado Bin Laden, de ser el máximo responsable de estos ataques y al Gobierno talibán Afgano de ocultarlo y protegerlo.
El 7 de octubre del 2001, los EE.UU y numerosos países aliados procedieron a la invasión de Afganistán Bajo el apoyo de las Naciones Unidas, dentro de la operación llamada “Libertad Duradera”. Después de 8 años de guerra, los Talibanes vuelven a controlar la mayor parte del territorio afgano.
Afganistán es un país estratégico debido fundamentalmente a dos causas, la primera es que se encuentra en un punto estratégico entre Asia y Europa, muy importante para el paso de hidrocarburos entre estos continentes. La segunda es que es el primer productor de “opio” del mundo. En estos dos puntos subyace la pugna de intereses internacionales ocultos tras la lucha de clanes, tribus y grupos que han marcado las guerras en este país.

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